Cataluña destina un millón de euros para proyectos de salud mental e impacto social

Se crearon unidades de salud mental en los hospitales generales y se cerraron o reconvirtieron los grandes hospitales psiquiátricos. Se fomentó la coordinación con la atención primaria y se modificaron leyes de los códigos civil y penal para proteger los derechos de las personas con diagnóstico psiquiátrico, evitando criminalizarlas y discriminarlas6,7. Si bien el tratamiento general hacia las personas con un trastorno mental grave ha mejorado, continúa basándose en un paradigma biologicista y paternalista7.

Plazas EIR para 2025 por especialidad

SJR usa un algoritmo similar al page rank de Google; es una medida cuantitativa y cualitativa al impacto de una publicación. Esta web utiliza Google Analytics para recopilar información anónima tal como el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares.

La situación fue abordada en el grupo y luego planteada al equipo de coordinación, pensando en la posibilidad de mantenerlo. Tras una pausa, la decisión fue continuar, pero cambiando el lugar de las reuniones a una cafetería y sumando al grupo una profesional de la entidad. Cambiar de lugar de reunión y de orientación grupal permitió desplazar las condiciones originarias de intimidad y recogimiento hacia una posición grupal más afirmativa, más presente como grupo en el espacio público. Sin embargo, desplegar una actividad en un espacio de la ciudad no es suficiente para que la actividad adquiera el carácter de comunitaria. Resulta indispensable que las predisposiciones colectivas, los apoyos institucionales y la función de coordinación generen y sostengan un espacio horizontal y permeable, construido en conjunto desde la legitimidad de cada experiencia de vida. En esta sintonía se encuentran otros colectivos como No es lo mimo ser loca que loco en Santiago de Chile, InsPiradas en Madrid, Bucles Feministas en Barcelona y otros espacios autoorganizados de mujeres diferentes reunidas con objetivos políticos.

El emprendimiento como una salida de éxito en enfermería, en la revista Enfermería Facultativa

En este grupo se generan procesos de confianza, reconocimiento, alegría, apoyo social y salud. El grupo se reúne quincenalmente y reflexiona sobre diferentes temas escogidos. También se plantean acciones políticas por los propios derechos de las mujeres, como la participación en medios de comunicación, convocatorias feministas, formaciones y charlas. Se ejemplifica que otras formas de hacer salud mental comunitaria son posibles.

Por último, la especialidad de Enfermería Pediátrica se mantiene bastante constante. Destaca su aumento en País Vasco, que pasa de 11 a 19 plazas, lo que supone un aumento del 42%. En el caso de Andalucía, todas las especialidades enfermeras han aumentado sus plazas, a excepción de Geriatría, que se mantiene a cero. Salud mental ha pasado de tener 51 plazas a 56; Trabajo de 14 a 15; Familiar y Comunitaria de 129 a 144; Obstétrico-Ginecológica de 78 a 79; y Pediátrica de 31 a 33. SJR es una prestigiosa métrica basada en la idea de que todas las citaciones no son iguales.

Las profesiones sanitarias, al servicio de las autoridades, organizaciones y víctimas de la DANA

Este abordaje buscaría mantener una mirada interseccional que incorpore ejes de desigualdad/opresión entendiendo que afectan de manera diferente y desigual a cada persona según su realidad17. Además, se identificarían los problemas de salud mental y las necesidades de la población para abordarlos de manera intersectorial, contando con la participación de las personas afectadas desde el inicio como iguales. Dos años después el grupo parecía disolverse, ya que la vida de los grupos es variable, con movimientos de apertura y de cierre, cambios de ritmo implícitos y explícitos, y en ese momento el interés convocante decaía.

Pero ese fracaso es la firma del nacimiento de una alteridad allí donde no la hay»28. La reforma psiquiátrica en España se voluntariado psicológico Barcelona materializó en la Ley General de Sanidad de 1986, asumiendo las tendencias internacionales que abogaban por una democratización y humanización del tratamiento dado a las personas denominadas «enfermas mentales». Así, a partir de dicha ley se crearon centros de salud mental ambulatorios, unidades de hospitalización parcial y de rehabilitación psiquiátrica, y alternativas residenciales a la larga estancia en hospitales psiquiátricos.

  • Los aspectos destacados del grupo son su horizontalidad, flexibilidad y autoorganización en un espacio fuera del sistema sanitario donde es posible expresarse sin miedo a ser juzgadas.
  • Dos años después el grupo parecía disolverse, ya que la vida de los grupos es variable, con movimientos de apertura y de cierre, cambios de ritmo implícitos y explícitos, y en ese momento el interés convocante decaía.
  • En total, aumentan las plazas 4,1 puntos, un porcentaje similar al de Madrid y que supera el dato medio.
  • El grupo de mujeres surgió desde esta lógica horizontal como propuesta de las mismas participantes que fue recogida para organizar un espacio comunitario de cercanía e intimidad en el que abordar inquietudes comunes, masajearse, maquillarse e intercambiar objetos.

El foco del hospital ha pasado al centro de salud mental, pero este sigue operando como un servicio especialista y poco integrado en la comunidad5,7. La coordinación con atención primaria es mejorable y urgen más medidas intersectoriales 8 e interseccionales9 que tengan en cuenta los diferentes ejes de desigualdad, principalmente de género, clase y raza. Comunidad Valenciana, comunidad que entra en el top de territorios españoles con mayor oferta sanitaria, también crece. Aun así, destaca por la reducción de vacantes para la especialidad de Enfermería Obstétrico-Ginecológica, pues ha pasado de contar con 71 a 56. Más allá de las cuatro comunidades autónomas con mayor volumen de profesionales y oferta del país, otros territorios con ‘curiosidades’ en su propuesta para el EIR 2025.

Respecto a la especialidad de Enfermería Geriátrica, ninguna comunidad autónoma destaca por el aumento y reducción de plazas. Si hablamos de Canarias, es especialmente llamativo el caso de Enfermería de Salud Mental, que ha pasado de tener 10 plazas en la convocatoria de 2024 a 17 en la de 2025. Madrid, aunque de manera moderada, también aumenta las plazas ofertadas en las especialidades enfermeras. En este caso, Salud mental pasa de 47 plazas a 49; Trabajo pasa de 19 a 17, siendo la única que ve decrecer su cupo. Familia crece de 62 a 67; Geriátrica de 13 a 16; las matronas aumentan 53 a 55 vacantes y, por último, Pediatría pasa de 43 a 44.

Sin embargo, no siempre estas formas de participación más complejas generan el efecto deseado, ya que tienen que darse las condiciones necesarias para asegurar su éxito22. Así, aceptar un modelo de participación directa y trabajo comunitario implica crear y compartir conocimiento de manera colectiva, horizontal y consensuada, facilitando la implicación de las personas y respetando el derecho, incluso, a no participar. Implica también romper con el estigma que considera que la persona «enferma mental» es pasiva, infantil y desconocedora de su realidad, visión que legitima situaciones de exclusión social, vulneración de derechos y sometimiento a la autoridad psiquiátrica/profesional. Implica generar espacios, lenguajes y nuevas formas de intervención en los que las personas se sientan seguras. Se trata de promover procesos emancipadores donde el papel de los/las profesionales no sea el de meros proveedores de servicios, sino el de facilitadores de cambios y transformaciones.

Significaría también trabajar en red dentro y fuera de los servicios, implicando a diferentes agentes comunitarios, incluso a quienes pueden no entenderse como agentes directos. Por último, este tipo de participación implica que la Administración, las instituciones y profesionales en cada ámbito ceden parte de su poder para dar lugar y legitimar otro tipo de saberes, experienciales y necesariamente complementarios de los propios23. De la experiencia de las participantes se deriva la necesidad de crear espacios horizontales en salud que no repliquen metodologías asistenciales o rehabilitadoras, que promocionen bienestar, cuidado y apoyo social desde sus propias necesidades y deseos.